lunes, 23 de marzo de 2015

Canon de Pachelbel

Pienso que el Canon de Pachelbel es una estupenda herramienta de aprendizaje para el piano y la música en general. Además de ser un tema precioso , tiene todos los ingredientes para acercarse a diversas cuestiones importantes de la música y nos va a facilitar entenderla desde un punto de vista armónico y hacer algunos ejercicios interesantes y adentrarse en la improvisación sin frustraciones (Eso creo yo).

El Canon fue compuesto allá por 1680 por un tal PachelBel . Yo lo conocí por la versión de George Winston. Aquí un vídeo de él, muy criticado por cierto , por sus errores y su forma de tocar. De todas formas, creo que merece la pena verlo:


Aunque el tema está originalmente en la tonalidad de Re-Mayor, nosotros vamos a practicar inicialmente con él  en la tonalidad de Do-Mayor por ser más sencillo, igual que hace George.

El Canon es, además, famoso por ser la base armónica de miles y miles de melodías modernas, por eso puede sonarnos familiar sin haberlo escuchado nunca. El siguiente sketch saca este tema a colación. Es una pena que esté en perfecto Inglés (aunque con subtítulos en castellano):


Podemos ver en primer lugar la progresión armónica, es decir los acordes que lleva. Se trata de una secuencia muy simple de un acorde por cada compas (4/4). Los acordes son:

            C , G, Am, Em, F, C, F, G

La forma típica de acompañar con la mano izquierda es hacer arpegios de negras. Es decir, tocar 4 notas del acorde por cada compás.

Para empezar de forma sencilla podemos tocar por ejemplo la siguientes secuencia de arpegios

    C-E-G-C    G-B-D-G    A-C-E-A

Es decir, para cada acorde tocamos la tónica, tercera, quinta y octava: I,III,V,VIII.

Pero esta es una de las millones de combinaciones de arpegios posibles que podemos utilizar. Otro muy típico es , generalizando:  I - V - VIII - X, por ejemplo en el acorde de C tocaríamos C,G,C,E (Los dos últimos de la siguiente octava).

Con esto ya nos da para practicar un montón.

Ahora, podemos ir añadiendo la mano derecha y vamos a hacerlo mediante un ejercicio de improvisación:


  • Al principio de cada compás tocaremos con la mano derecha cualquier nota que pertenezca al acorde que corresponde a ese compás, por ejemplo, en el primer compás podemos tocar un C, un E, ó un G, y así sucesivamente.
Podemos complicar el ejercicio anterior imponiéndonos algunas reglas, como por ejemplo hacer cuatro acordes subiendo y cuatro bajando, ó buscando siempre la nota más cercana, etc, etc.

Otro buen ejercicio es tocar el acorde completo que corresponda en cada compás con la mano derecha. Podemos comenzar haciendolo con la posición fundamental, es decir con la nota más baja como la que da nombre al acorde, por ejemplo, para el caso del acorde de C, podemos tocar las notas C,E,G.

El siguiente paso sería jugar con las inversiones de los acordes con la mano derecha. Podemos forzarnos a que los dedos que cambien en cada transición de acorde sean los mínimos. Por ejemplo para cambiar entre el primer y segundo compás desde el acorde de C al acorde de G, podemos tocar primero C,E,G y en el segundo compás tocar B,D,G, con lo que mantenemos el dedo en la nota G. Así podemos seguir buscando estas transiciones suaves entre acordes, que son muy bellas.

Volviendo a la improvisación con la mano derecha, otro ejercicio que podemos hacer es tocar 4 negras contiguas dentro de cada acorde comenzando por alguna nota del acorde y continuando procurando no dar grandes saltos.

Otro ejercicio , (este ya es un poco mecánico), sería (mientras mantenemos tocando la mano izquierda la secuencia de acordes arpegiados inicial) tocar con la mano derecha la escala de C hacia arriba y hacia abajo varias octavas respetando el paso del pulgar. No suena mal. Los acordes del Canon lo soportan todo (hasta la música del telediario).

Más ejercicios de improvisación con la mano derecha: Volvemos a tocar en la primera nota de cada compás una nota que pertenezca al acorde, pero cada dos compases, en vez de ello tocamos una nota que esté una segunda por debajo de la nota con duración de blanca (medio compás) para tocar luego otra blanca esta vez sí con una nota que pertenezca al acorde.

En definitiva, se trata de plantearnos juegos con ciertas reglas que nos permitan un grado de libertad, que favorezcan ver la música como algo creativo, no solo copiar una melodía, sino ir entendiendo cómo funciona desde dentro. De paso, vamos practicando la coordinación de manos y la técnica.

Ahora para terminar, veamos los 4 acordes que permiten cantar cualquier canción que exista o que no exista:


Ahora, como ejercicio, traslada estos acordes a la tonalidad de DO-Mayor, a ver si ves algún parecido con el Canon de Pachelbel.



No hay comentarios:

Publicar un comentario